«La Segunda Guerra Mundial acabó con la derrota del fascismo en todos sitios menos España. Hitler se suicidó, el cadáver de Mussolini acabó colgado en una plaza de Milán y Franco se perpetuó en el poder hasta su muerte, treinta años después (...)No estamos ante un nazismo derrotado en guerra y puesto en cuestión en Nuremberg. En España ni hay derrota ni nadie se sentará en banquillo alguno. Aquí, a la “topografía del terror” se llega cuando los que le dieron vida han disfrutado de varias décadas para destruirla y transformarla a su gusto, cuando los años del terror quedan ya lejos. Y sobretodo se llega cuando el Estado, sus poderes y la derecha permanente se han asegurado de que la dictadura franquista solo pasará por el juicio de la historia**».
**Francisco Espinosa Maestre, “Cartografía del terror”, in Cartografías silenciadas, ed. Ana Teresa Ortega (Valencia: Universitat de València, 2010).