«La mujer de la novela, Gloria, baja a su calle, que está cubierta de nieve, y sigue unas huellas que empezaron frente a su casa y que cada vez se vuelven más grandes y profundas, hasta morir en la valla de una lujosa mansión de las afueras, en la zona en que las fúnebres zanjas abiertas en el resto de la ciudad dejan de verse y empiezan los jardines, las pérgolas, los cenadores y las piscinas: el mundo de los vencedores*».


*Prado, Benjamín (2006). Mala gente que camina. Barcelona: Alfaguara.