El mundo de los vencedores es un proyecto que utiliza la fotografía como soporte a una actividad de arqueología basada en la recuperación estética de las casas de los máximos responsables de la represión franquista y que toma como motivo forzoso la frontera. El trabajo parte del interés personal en memoria histórica y empieza a concretarse a través de la lectura de la novela Mala gente que camina de Benjamín Prado, un fragmento de la cual relata la opulencia residencial de familias de vencedores en la postguerra. De esta manera surge el interés por los espacios residenciales desde una posición motivada por la impunidad al franquismo.